La respiración celular que se da en presencia del oxígeno se denomina respiración aeróbica y se realiza con el fin de producir energía o ATP.
Respiración aeróbica
Es un conjunto de reacciones metabólicas y procesos que tienen lugar en las células de los organismos con el fin de convertir la energía bioquímica de los nutrientes en adenosin trifosfato (ATP) y productos de desecho. Las reacciones involucradas en la respiración son reacciones catabólicas, que rompen moléculas grandes en moléculas más pequeñas. Este proceso libera energía ya que los enlaces débiles de alta energía son reemplazados por enlaces más fuertes.
La respiración es una de las formas en que una célula libera energía química para alimentar la actividad celular.
Los nutrientes utilizados comunalmente en las células animales y vegetales en la respiración son el azúcar, los aminoácidos y los ácidos grasos, y el agente oxidante más común (aceptor de electrones) es el oxígeno molecular.
La energía química almacenada en el ATP es transferida para impulsar procesos que requieren energía. El tercer grupo de fosfato está débilmente unida al resto de la molécula y se rompe de fácilmente permitiendo que se formen enlaces más fuertes, este proceso trasfiere energía para su uso por la célula.
¿Cómo se desarrolla el proceso?
La respiración aeróbica requiere oxígeno (O2) para crear ATP. Los carbohidratos, las grasas y las proteínas se consumen como reactivos. Los productos de este proceso son el dióxido de carbono y el agua, pero la energía transferida se utiliza para romper los enlaces en el ADP a medida que se agrega el tercer grupo fosfato para formar ATP (adenosina trifosfato), por fosforilación al nivel del sustrato, NADH y FADH2
Todo inicia con la glucolisis, un proceso que convierten una molécula de glucosa en dos moléculas de piruvato (ácido pirúvico), este proceso genera energía en forma de dos moléculas netas de ATP.
El piruvato se oxida a acetil-CoA y CO2 por el complejo piruvato deshidrogenasa (PDC). El PDC contiene múltiples copias de tres enzimas y se localiza en las mitocondrias de las células eucariotas y en el citosol de procariotas. En esta conversión se forma una molécula de NADH y una molécula de CO2.
El NADH puede ser utilizado por la cadena de transporte de electrones para crear más ATP como parte de la fosforilación oxidativa. Al finalizar estos pasos se producen 3 NADH, 1 FADH2 y 1 GTP; El GTP puede utilizarse posteriormente para producir ATP.
Las moléculas de NADH y FADH2 se convierten en más ATP a través de una cadena de transporte de electrones.
Al final de todo el proceso pueden producirse hasta 38 moléculas de ATP por cada molécula de glucosa oxidada.