Esta pregunta tiene una muy sencilla respuesta. Como todo preso con poder en una cárcel latinoamericana o al menos, en aquellos países latinos que presentan un claro descontrol carcelario.
Viven como reyes
A menos que seas un narco de renombre internacional solicitado por numerosos países por lo general vivirás como todo un rey. En las cárceles importa el poder, las armas y el dinero que puedes mover dentro de sus paredes y los narcos tienen ese poder.
Por ello países como Estados Unidos hacen presión a la hora de apresar narcos y solicitan su deportación hacia sus fronteras.
Los narcotraficantes gozan de celdas con numerosas habitaciones (Mientras el resto de la población penal sufre de hacinamiento) cuentan con gimnasios particulares, salas de televisión, acceso a las drogas, alcohol y mujeres además de un jardín para parrilladas.
Dentro de la presión existen hasta negocios para vender teléfonos móviles cuyos cargos son enviados a cuentas bancarias fantasmas ubicadas fuera de la cárcel y administradas por terceras personas.
También viven con miedo, pues bandas rivales pueden planear su muerte. Dentro de los penales la violencia es común si no se respetan una serie de fronteras que solo los presos conocen.
¿Cómo lo logran?
Un ex funcionario que trabajó en el penal asegura que mensualmente los narcotraficantes dedican poco más de un millón de dólares en sobornos a los guardias para mantener sus privilegios y sus negocios ilícitos dentro y fuera de la cárcel.
Se trata de un sistema corrupto desde lo más alto de la cúpula legal hasta lo más bajo.
Los guardias rentan teléfonos por 125 dolaras el mes, 125 más si deseas línea internacional y 75 si solo es local. Estos teléfonos están destinados a mantener las actividades ilícitas fuera de la cárcel.